Nos estamos enfermando por falta de vocabulario
Hemos sido instruidos desde pequeños a utilizar el vocabulario con que nos relacionamos y satisfacemos nuestras necesidades en el mundo. Sin embargo, desde mi trabajo como terapeuta he visto la gran dificultad que tenemos los adultos para describir con palabras concretas y exactas, las emociones que experimentamos.
No hemos aprendido a realizar el ejercico de introspección necesario, de viaje interior, hasta la emoción más profunda que guia nuestras acciones. Cuanto menos conocemos de nuestos estados emocionales, más rehenes seremos de ellos, y más difícil será manifestar nuestras necesidades emocionales.
La enfermedad ya sabemos que es la Emocion NO Dicha. Y si no sabemos encontrar y decir la emoción que nos embarga, estamos ante una seria limitación para la curación.
Aprende y enseña a tus hijos a distinguir entre las emociones posibles, la que estás sintiendo, para poder comprender de dónde viene y realizar los ajustes internos necesarios. No es lo mismo, ira que impotencia, y no alcanza con sólo poder identificar que "me siento mal".
Enseñar a manifestar las emociones con palabras certeras y respetuosas, es uno de los legados más importantes que puedes dejar a tus hijos, y la acción preventiva en salud más relevante. No alcanza con meriendas saludables, si nuestros hijos se están tragando emociones programantes de enfermedades a futuro.
Compartir estas emociones en familia o entre amigos, que tengamos todos el espacio de respeto y tolerancia para poder explicarnos y hacernos entender. La propuesta es encontrarnos como humanos que somos, no importa la edad, fraternalmente y comprendiendo sin juzgar al otro en lo que siente. Las emociones se comprenden, NO se juzgan.
Conocerse, manifestarse, crear la vida de felicidad que deseamos y enseñar como hacerlo a nuestros hijos, esa es la consigna! .
