top of page

Las Pascuas como Transición Personal

Estamos en tiempos de la Pascua. Les propongo que la vivamos en primera persona, ¿qué quiere decir?, que cada uno de nosotros definamos una transición para realizar en nuest

ras vidas.

¿Que tipo de transición? Así como Cristo hizo la suya mostrando que el espíritu trasciende la materia y que el cuerpo en definitiva es ilusorio, nosotros en nuestras vidas podemos también proponernos realizar un renacimiento.

Les propongo renacer hacia personas menos juiciosas. Recuerdo cuando era niña y ser "juiciosa" era sinónimo de ser buena y portarse bien. Pues bien, hoy con motivo de esta Pascua les propongo ser NADA JUICIOSOS. Pongámonos la meta de eliminar de nuestras mentes los juicios. Estar atentos y cada vez que detectemos que estamos cayendo en un juicio decirnos "cancelo", y así abandonar en ese instante esa práctica tan dañina.

Nos preocupamos por criar hijos tolerantes, sociales, abiertos, etc. pero no les enseñamos a controlar los juicios. Ellos aprenden de nosotros, los adultos, que nos pasamos la vida categorizando a los demás. Desde lo estético, hasta lo moral, Ponemos a cada uno en su lugar y por supuesto separando el mundo en buenos y malos, inocentes y culpables.

Cuando tengamos a alguien en el bando de los culpables, pasaremos a la culpa. Es culpable porque tiene culpa y si tiene culpa no lo puedo perdonar, así nos aseguramos que ese bando nunca desaparezca y tampoco desaparezca el odio o el resentimiento que nos causa. ¿Cómo puedo perdonarlo con lo que me hizo?

Pensamos que el perdón es un regalo que le hacemos al otro y que encima no se lo merece porque (y allá vamos con los juicios de nuevo) me hizo esto y aquello, es una mala persona y bla bla bla. Mientras sentimos esto cargamos con esa emoción. Esa emoción por esa persona o situación y como si fuese una manzana podrida la cargamos en nuestra mochila, llevando su pestilencia a todas partes. ¿Quien en su sano juicio cargaría con manzanas que se pudren y aun así sigue llevándolas en la mochila de su espalda?. Pues tú lo haces, en la medida que no perdonas,

Perdonar es soltar habrás oído por ahí. ¿Soltar que? Pues soltar esas emociones que cargas desde hace tanto, de odio, de resentimiento, de enojo. Esas emociones que cargas cual manzanas que ya se han echado a perder en tu mochila. ¿No te parece que es tiempo?

Bien, comprendo que tengo que soltar pero ¿cómo se hace?. Pues perdonándote a tí mismo. Cuando logras darte cuenta de lo mal que te has tratado cargando con esas emociones, habiéndote puesto en situaciones de infelicidad y habiendo sido tan duro contigo mismo como lo has sido con todos a quienes has enjuiciado. Uno aplica al otro la misma vara que aplicas a tí mismo. Y con esa dureza te has tratado.

Perdónate por no haberte cuidado. Perdónate por los malos momentos que te has hecho vivir, por haber sido tan juicioso. Cuando logres comprender que hiciste lo que era natural hacer cuando uno hace juicios y separa al mundo en bandos, sentirás una hermosa sensación de liberación. Te darás cuenta de las emociones que te generan los juicios, presta atención, sucede todo el tiempo sin que siquiera te des cuenta. Te darás cuenta que no necesitas esas emociones en tu vida. Los juicios te traen separación, soledad, cargas emocionales negativas, en definitiva, pérdida de libertad e infelicidad.

Por eso en estas Pascuas te propongo transformarte, trascender hacia una mejor versión de tí. Una visión amorosa de tí mismo, que no emite juicios para ti ni para nadie, ya que todos somos uno y al emitir un juicio hacia otro, lo estás haciendo hacia tí.

Mucha luz para tí en tu camino. Cada día estarás más atento y más en el presente. Cada día podrás liberarte de más y más juicios y alcan

zarás un estado de paz que nunca has conocido antes.

Bendiciones.


Entradas destacadas
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
No hay etiquetas aún.
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page